Aula de Ciencia Maitane Alonso Monasterio
Mujika Eskola es un colegio público que se encuentra en el casco viejo de Bilbao. Muy concienciados sobre la importancia del pensamiento crítico, han inaugurado su primer Aula de Ciencia, convirtiéndola en un pequeño laboratorio en el que trabajan siguiendo el método científico.
De esta manera, enseñan a utilizar el método científico no únicamente en los laboratorios, sino como estilo de vida para solucionar las distintas situaciones y problemáticas a las que nos enfrentamos en nuestro día a día. Al fin y al cabo, la investigación, más allá de la ciencia y la tecnología, se da en todas las áreas. Desde mi punto de vista, es más como un estilo de vida.
“Lo más importante es no olvidar nunca por qué empezaste.”
Esto que parece tan sencillo a simple vista, es en lo que se basa la investigación. Al fin y al cabo, ¿qué es la investigación si no es preguntarnos constantemente el por qué de absolutamente todo y tratar de dar soluciones a los problemas de nuestro día a día?
Desde pequeña he pensado que todos llevamos un pequeño investigador dentro. Los niños nunca se cansan de preguntar el porqué de todo, de crear, de perseguir sus ideas… Sin embargo, a medida que vamos creciendo, nos van estableciendo límites y nos van quitando esas ganas de aprender, la curiosidad.
El colegio público Mujika, decidió nombrar a su Aula de Ciencia “Maitane Alonso Monasterio”. Cuando conocí la noticia, no podía creérmelo. Fue surrealista, inmensamente ilusionante y por supuesto inolvidable.
Visité el centro el día de la inauguración para conocer a todos los niños y niñas, al personal y el recién inaugurado Aula de Ciencia. Me llena de emoción cada vez que lo recuerdo, el brillo en los ojos de todas aquellas personas en aquel espacio diseñado para no dejar de preguntarte el “por qué” de absolutamente todo.
Todavía hoy en día, seguimos acallando las preguntas a las que no tenemos respuesta. Todavía seguimos penalizando el hacer las cosas de una manera diferente. Sin embargo, siempre hay personas que mantienen intacto el brillo en los ojos y la ilusión por construir un mundo mejor y te recuerdan por qué empezaste a luchar. ¡Muchísimas gracias de todo corazón!
